Tengo una hipoacusia neurosensorial profunda bilateral. Me detectaron la pérdida más o menos a los 3 años. Durante ese tiempo pensaban que no era normal. Me dicen que probablemente fue por tomar penicilina. No recuerdo nada de esa época. No me pusieron audífonos porque en aquella época no había ni recursos ni medios para ello. Si, que fui a una profesora que me enseño a leer, a leer los labios y a articular bien. Fui al colegio normal hasta 4 de bachiller. Si recuerdo que tenía que saber de memoria todo lo que ponía en el libro porque las explicaciones de la profesora no las entendía. Mi única ayuda fue esta profesora con la que aprendí. Hasta los 12 años no me pusieron audífonos que se me rompieron y no pude ponerme otros hasta los 18 años. Cuando termine 4º de bachiller las monjas no me dejaron seguir estudiando cuando yo sí quería.
Eso sí lo recuerdo con dolor. Nadie en mi familia tenía conocimiento de la sordera y todos mis compañeros eran oyentes. Pero en algún momento conecté con la asociación de sordos donde aprendí lengua de signos e hice algunos amigos sordos. Recuerdo, que notaba que perdía lenguaje y hablaba peor y me distancié de la lengua de signos. Tuve la suerte de tener unas buenas amigas oyentes que me hicieron sentir normal Empecé a trabajar a los 25 años hasta ahora que me he jubilado. Pude aprobar oposiciones para mejorar mi puesto de trabajo con gran esfuerzo, pero durante este tiempo no recibí ningún apoyo, ni de la administración, ni de los compañeros No me adaptaron el puesto de trabajo, ni me facilitaron un puesto de trabajo adaptado a mis circunstancias. Sufrí mucho, tuve que realizar el doble de esfuerzo que cualquiera haría para realizar mi trabajo, en muchas ocasiones de cara al público. He sentido más rechazo en mi trabajo que en mi vida social y familiar, he escuchado cosas como: ¨Hablas como una niña pequeña¨, ¨No te enteras¨.
He sentido el menosprecio, la descalificación de mi valía profesional. Y mi respuesta era trabajar y esforzarme muchísimo para demostrar que podía con el trabajo que me asignaban Los audífonos han sido una ayuda, pero las dificultades económicas solo me permitían tener un solo audífono y eso fue un obstáculo para mejorar en el habla y en el lenguaje. Actualmente, me acabo de poner un implante coclear y el acceso a los sonidos del ambiente ha mejorado mucho, pero sigo con muchas dificultades para entender el lenguaje. Necesito estar en contacto con personas con las que poder hablar, socializar, comunicar y pertenecer a una asociación como Sadap y participar en actividades me produce una gran felicidad.
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